Crónica del Torneo
Por Laura Mejías
El día comenzaba temprano, allá por las 9 de la mañana, con mucho frío el cual se notaba en las piernas de las jugadoras. No obstante, el sol ya iba teniendo presencia y dejando ver que iba a estar presente en el resto de la jornada. Así, comenzaban los primeros partidos, se empezaban a ver los primeros regates, las primeras ocasiones de gol, las primeras paradas, chutes… Comenzaba el FÚTBOL. Los equipos iban llegando, el público se hacía cada vez mayor, y la ilusión y las ganas por compartir aquello que sabían hacer los equipos iban aumentando. Ya se podían ver los siguientes encuentros, algunos equipos disputaban sus segundos partidos, empezaba a notarse un poco el cansancio en las jugadoras, quizá del viaje o de correr. Pero eso no les quitaba la ilusión por llegar al objetivo que se planteaba cada una de las que estaba presente. La gente en las gradas aumentaba y empezaban a alentar a sus chicas; algunas veían sus ganas caídas por la eliminación en el torneo, pero se iban con la cabeza bien alta por haber luchado hasta el máximo. Diferentes miembros recibían algunos premios otorgados por la organización mientras que los cuartos de final se empezaban a disputar; las ganas de cada equipo por llegar a la final y hacerse con el torneo eran cada vez mayores; veían sus sueños cada vez más cerca. Mientras tanto, el público comentaba las jugadas, animaba, comía, se reía, disfrutaba… Sin duda, era un día para no perdérselo, por lo tanto había que aprovechar al máximo, y eso era lo que hacían las jugadoras tanto dentro del campo, como fuera.
Ya por la tarde, se iban conociendo los primeros equipos que caían en cuartos, pero al igual que los otros, con la cabeza bien alta. Y la tensión aumentaba, los partidos eran más intensos, las jugadas eran más expectantes; un fallo podía costar mucho, por eso ahora más que nunca los equipos debían estar unidos. Se disputaban las semifinales, por un lado ya se sabía un finalista, por el otro se jugaba el penúltimo partido. Algunas se iban contentas se haber llegado hasta ahí y haber echado un buen día.
Pero toda la emoción se concentraba para la final, en la que se pudo ver, como no podía ser de otra manera, un buen fútbol cargado de buenas acciones tanto para un equipo como para otro y sobre todo, el juego en equipo como reflejo de lo que se vio en cada uno de los partidos que se disputaron en el torneo en dónde la ilusión cobró vida.
Ya por la tarde, se iban conociendo los primeros equipos que caían en cuartos, pero al igual que los otros, con la cabeza bien alta. Y la tensión aumentaba, los partidos eran más intensos, las jugadas eran más expectantes; un fallo podía costar mucho, por eso ahora más que nunca los equipos debían estar unidos. Se disputaban las semifinales, por un lado ya se sabía un finalista, por el otro se jugaba el penúltimo partido. Algunas se iban contentas se haber llegado hasta ahí y haber echado un buen día.
Pero toda la emoción se concentraba para la final, en la que se pudo ver, como no podía ser de otra manera, un buen fútbol cargado de buenas acciones tanto para un equipo como para otro y sobre todo, el juego en equipo como reflejo de lo que se vio en cada uno de los partidos que se disputaron en el torneo en dónde la ilusión cobró vida.
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